lunes, 22 de junio de 2009

De Un Día Como Otro


Hoy el día comenzó con normalidad, un día como otro cualquiera en que el sol había salido sin ninguna pretensión, sin ningún cambio.

Sin embargo a medida que pasaron las horas algo cambió: llamaron a la puerta y al abrirla no podía creer lo que veía.

Al principio no supe como reaccionar, tanto tiempo esperándote hicieron que la misma idea de verte se hiciera imposible. Rompiste el encantamiento con una sonrisa, tan maravillosa como la recordaba y sin poder evitarlo me lancé a tus brazos. Saboreé el tierno olor de tu piel, acaricié tus cabellos y sentí tus dedos en mi espalda. Te volví a mirar y me hundí en lo profundo de tus ojos, deseando ahogarme en tu inmensidad…

Por fin estaba contigo.

Caminé junto a ti, riendo contigo, contando mil historias, haciéndote sonreír, jugando con el viento, con las palabras, amándote como siempre había deseado. Por fin podía hacerlo…

Y el sol por fin se ocultó, dejando que la luna nos iluminara y junto a ti observé las estrellas nacer en el cielo oscuro y juntos les pusimos nombres a cada una de ellas.

Por fin estaba contigo.

Un reloj en la lejanía comenzó a dar doce campanadas… Y en ese momento, en que otro nuevo día comenzaba decidí entregarte un beso que guardaba para ti desde el momento en que te vi, un beso que nunca te había dado y que deposité suavemente en tus labios… Y entonces, mientras escuchaba aquellas campanadas, como una estatua de arena frente al viento observé como te desvanecías…

Creyendo todo una pesadilla, con lágrimas en los ojos intenté despertar para darme cuenta que no era un sueño y comprendí la verdad.

Porque hoy el día había comenzado con total normalidad, un día como otro cualquiera, sin más pretensiones ni cambios. Sin embargo hoy había decidido que tenía que olvidarte, que mi corazón no soportaba más tu ausencia… Pero antes debía entregarte aquel beso que nunca te di… Y después te olvidaría…

Así volví a casa, vacío. Así volví a casa sabiendo que al día siguiente despertaría y sería un día como otro cualquiera en el que el sol saldría sin ninguna pretensión, sin ningún cambio…

viernes, 12 de junio de 2009

De una frase de una canción: "Y no me crees cuando te digo que la distancia es el olvido"


Pues siento decirte que no, Efecto Mariposa, no te creo aunque lo repitieras cienes y cienes de veces, porque al ser biólogo soy empírico y hablo según me da la experiencia, y la experiencia me demuestra que no es así.

Soy un tipo con suerte, porque en estos tiempos de crisis en los que vivimos puedo decir que soy rico, al menos en lo que a amigos se refiere. Soy como soy y así seguiré que decía otra canción, y aunque haya mil cosas que no me gusten de mi persona, hay diez mil que sí me gustan: mi sonrisa esquiva, mis chistes malos que nunca faltarán, mis bromas,mis saber que decir en cada momento, y por supuesto estas divagaciones a horas interspectivas (o como quiera que se escriba) que me encantan.

Soy Pitufo Filósofo, para que negarlo, y me encanta pensar, escribir y ser leído (guardad estos textos que pueden valer dinero), y mi mente (que no tiene nada que ver con el diametro craneal, que ya vienen los que desayunan con Miliki deseando hacer la broma), es un hervidero de ideas...

Dicen que la distancia es el olvido, comenzaba a decir este escrito, divagación y o u disertación... Y defendía una postura totalmente contraría, aduciendo (¿y esta palabra de donde la he sacado?) que como licenciado en ciencias biológicas (como la Obregón) me baso en la experiencia: la experiencia me ha enseñado que puedes estar abrazado a una persona y desgraciadamente no tener nada que decirle y sentir que cada uno está en un polo de la Tierra, este gran planeta que un día pegará el Boom del siglo y nos quedaremos todos con cara de decir ¿y eso por qué ha sido? Es un sentimiento triste la verdad, el ver que esa persona esta tan cerca de ti pero tan lejos....

Pero sin embargo, en estos casi treinta años (sí señores, voy a cumplir los treinta...) también he aprendido que puede suceder al contrario: una persona que está muy muy lejos, y que sientes que la tienes al lado, casi rozándola a veces... Porque, señores míos (y señoras que nunca se sabe a ojos de quién llegará esto), que es la distancia: ¿el producto de la velocidad por el tiempo? Algo que el hombre, perdón ser humano, necesita medir... Algo que creemos objetivo: mil Km son mil Km aquí y en Pekín, eso está claro... Pero sin embargo es objetivo a veces... Mil kilómetros me separaán de ti,me aprece estupendo, pero a veces te siento más cerca que todos los que están a mi lado... Maravilloso sentimiento...

Otro dicho me viene a la cabeza, hablando de distancias: mantén a tus amigos cerca, pero más cerca a tus enemigos... Sintiéndolo mucho debo discrepar de nuevo, porque siempre mantengo a mis amigos muy muy cerca, a la distancia de un abrazo, y si mantuviera a mis enemigos más cerca, sinitiéndolo mucho no habría espacio para vosotros, y prefiero todas vuestras risas, alegrias, llantos y juergas que lo que un supuesto enemigo me proporcionaría.

Dicen que la distancia es el olvido... Bueno también dicen que el Amor sólo dura cuatro años... Siempre tiene que haber gente que diga cosas, y yo no iba a ser menos.

Cuidaos señores