sábado, 11 de octubre de 2008

De La Pluma de Bukowski

(...) es otro anochecer extraño, la gente viene a mí, hablan, me llenan: los futuros rabinos, los revolucionarios con sus fusiles, el FBI, las putas, las poetisas, los jóvenes poetas del estado de California, un profesor de Loyola camino de Michigan, un profesor de la universidad de California, Berkeley, otro que vive en Riverside, tres o cuatro chavales en el camino, simples vagabundos con libros de Bukowski embutidos en el cerebro... y durante un tiempo pensé que esta banda invadiría y asesinaría mis maravillosos y preciosos instantes, pero ha sido una fortuna, una suerte cada uno de ellos, todos, hombres y mujeres, me han traído algo y me dejan algo, y ya no he de sentirme como Jeffers detrás de un muro de piedra, y he tenido suerte por otra parte en que la fama que tengo sea en gran medida oculta y tranquila, y difícilmente seré nunca un Henry Miller con gente acampada alrededor de casa, los dioses han sido muy buenos conmigo, me han conservado vivo, e incluso coleando aún, tomando notas, observando, sintiendo la bondad de los buenos, sintiendo el milagro correr por mi brazo arriba como un ratón loco. una vida así, y se me otorga a los cuarenta y ocho años, aunque mañana no sepa si fue el más dulce de los dulces sueños.


Como siempre digo, si alguien es capaz de expresar lo que sientes mejor que tú... Pídele prestadas sus palabras

1 comentario:

Anónimo dijo...

La verdad no tengo mucha idea de quién es el tal Bukowski, que inculta...

Yo pienso que desde luego el hecho de contar y expresar los sentimientos de cada uno es algo personal e íntimo, y por ello cada cual exterioriza sus sentimientos y se muestra de diferente forma, según en que momento determinado. Aunque también existen mas sentimientos que no se son capaces de exteriorizar de alguna forma u otra, quizás por miedo...

El caso es que todos somos diferentes, tanto para bien o para mal...

Un besín